lunes, 28 de marzo de 2016

Volvemos con las pilas cargadas...

¡Buenas blogueros!

Hoy les traemos un post diferente a los anteriores.

Para empezar hacer alusión al atraso de esta entrada, que tendría que haber sido subida con bastantes días de antelación. Es por ello, que os recompensaremos con una pequeña sorpresa a cambio de estos días de abandono.


Primeramente queremos que observéis este video y reflexionéis sobre ello.



Y ahora os preguntareis, pero… ¿qué es esto? 



Pues bien, es un montaje de imágenes y fragmentos de videos de una clase realizada el pasado día 8 de Marzo en la facultad de ciencias de la Educación de la Universidad de Cádiz. Se trata de una serie de actividades llevadas a cabo por el profesor Sebastián, relacionadas con el desarrollo del sentido musical.  Como se muestra en el video, fue una magnifica clase en la que todos disfrutamos como niños siguiendo el ritmo de esta pegadiza canción y mostrando nuestros dotes musicales.

Desde mi punto de vista, el objetivo principal de la realización de estas actividades fue el desarrollo del ritmo corporal, pero más que nada, el liberarnos de la vergüenza y expresar con nuestro propio cuerpo el ritmo y las sensaciones que nos transmitía la canción. Además con respecto a esta clase, extraigo como conclusión un aspecto esencial para mi futuro como docente y es que a través de la música en Infantil, podemos fomentar la autonomía y el conocimiento de sí mismo de nuestros pequeños.

¡Fue una clase magnífica!

Pero al igual fue la clase realizada la semana siguiente por la profesora Sara, basada en el desarrollo de la expresión corporal a través de la música y el cuento.

Siendo más explícitos… la profesora contó un cuento diseñado para niños a través de una serie de imágenes que fomentan la discriminación visual. A partir de la repetición y memorización del cuento cada pequeño grupo debía diseñar e interpretar una representación del cuento. Por ello, cada uno cumplió el papel de mamá pato, papá pato o patito.
Fue un momento divertidísimo, ya que en cada una de las representaciones aparecieron aspectos únicos y originales que hicieron que nos riéramos y disfrutásemos como niños.

Además de esto cantamos un rap que fuimos memorizando y expresando a través de movimientos corporales.

Como resultado de esta clase, me quedo con la gran idea que desde mi punto de vista nos quiso mostrar Sara. Y es que, gracias al cuento y obviamente gracias al juego, podemos promover el desarrollo del espacio y el esquema corporal a través de la expresión.
Es por ello, que intentaré realizar una actividad parecida con mis niños, en el periodo de prácticas.

Nos vemos más pronto de lo que pensáis… con otra pequeña aportación.

¡Espero que os haya gustado!

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